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Un fósil humano entero ha sido encontrado por arqueólogos en la ciudad de Serranópolis, en el estado brasileño de Goiás.
Los investigadores creen que los restos pueden tener alrededor de 12.000 años de antigüedad, ya que el carbón fue encontrado junto al pie del individuo que tiene entre 11 700 y 11 900 años de antiguedad, según la datación por radiocarbono.
El análisis que determinará la edad del fósil aún no se ha realizado. Si se confirma que tiene aproximadamente 12.000 años de edad, podría ser el individuo de más edad encontrado en la región del Medio Oeste, dice Júlio Cezar Rubin de Rubin, investigador del Instituto Goiano de Prehistoria y Antropología de la PUC-Goiás, quien coordina el estudio.
El fósil fue descubierto a finales del año pasado y estaba a una profundidad de 1.90 metros, cerca de instrumentos y artefactos líticos (hechos con piedra astillada) y carbón vegetal. Para los investigadores, estos son los restos de una hoguera. La exhumación del fósil sólo tuvo lugar en marzo a través de una asociación entre el IGPA y el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de São Paulo (USP).
Este no es el primer descubrimiento arqueológico realizado por este grupo de investigadores en el yacimiento arqueológico de Serranópolis, que inició la exploración en octubre de 2021 y ya ha excavado un área de 40 metros cuadrados en la cueva 2 del complejo de Diogo.
En septiembre, encontraron un grupo de diez cabezas en un área de 1 metro cuadrado y 66 cm de profundidad, junto a los restos de cerámica y carbón vegetal. "Tenemos una datación de aproximadamente 1600 años de una muestra de carbón asociada con una de las cabezas", explica Rubin.
El complejo arqueológico de Serranópolis es considerado uno de los más importantes de América Latina por el conjunto de cuevas con grabados y pinturas cuevas, artefactos e instrumentos líticos y cerámica. Además de la belleza panorámica, la ciudad es un referente en la población de Cerrado en Goiás.
Las primeras excavaciones en la región comenzaron en la década de 1970 con los profesores Pedro Ignácio Schimitz y Altair Sales Barbosa y duraron hasta los 90. Investigaron 33 sitios.
Basándose en los hallazgos de los dos equipos, cuyas excavaciones ya han alcanzado una profundidad de 1.90 metros, Rubin cree que en esos refugios vivían diferentes grupos humanos, incluyendo cazadores, recolectores y alfareros, un grupo que se caracteriza altamente por los descubrimientos. "Las nuevas tecnologías nos permitirán comprender mejor estos grupos basados en el análisis de ADN y otra información", agrega el investigador.
