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Ya que anteriormente hemos hablado de la fiebre en los niños y la forma en que actúa como aliada contra las enfermedades cuando es controlada de manera adecuada, es importante que también conozcas las cosas que NO se deben hacer para intentar disminuir la temperatura corporal de tu hijo.
Dile NO a las duchas con agua fría.
Aunque es una práctica que se ha aconsejado por generaciones en algunas familias, los baños de agua fría son la peor de las alternativas ante la fiebre en niños.
El contraste de temperaturas entre el cuerpo y el agua helada es un tormento para cualquier persona y además de cruel no sirve de mucho. Cuando el cuerpo con fiebre entra en contacto con el agua fría provoca un mecanismo de defensa que consiste en que los vasos sanguíneos se cierren de manera inmediata para mantener el calor. También el niño comenzará a temblar de manera involuntaria, su cuerpo lo hace con el mismo fin, conservar la temperatura o incluso elevarla, lo que resulta contraproducente.
Darle un baño al niño es una excelente opción para controlar la fiebre, pero procura que sea con agua caliente, unos 2 o 3 grados más abajo que la temperatura corporal de tu hijo, le ayudará a disminuir la fiebre de manera suave al tiempo que lo disfruta.
NO ignores las indicaciones del pediatra
Después de la oportuna revisión del niño, el médico le recetará algún antipirético (medicamento contra la fiebre) indicando la dosis adecuada y los tiempos en que debe ser administrada. Es crucial respetar sus instrucciones y no sobredosificar al niño pues podrías dañar su hígado.
También es importante administrar únicamente la medicina que el pediatra señale, ya que si duplicas medicamentos podrías causarle una hipotermia a tu pequeño. Su médico puede prescribirle paracetamol o ibuprofeno, según convenga, no modifique o cambie esta receta ya que medicamentos como la aspirina están contraindicados en niños por ser causante de el “Síndrome de Reye” una enfermedad potencialmente mortal.
No utilices friegas de alcohol
Hace algún tiempo las abuelas recurrían a las friegas de alcohol para bajar la fiebre en los niños. Lamentablemente esta práctica puede dejar daños permanentes en el hígado del bebé. Pasa que el alcohol es absorbido a través de la piel hacia el torrente sanguíneo, (es como someter al niño a una borrachera) y puede ser causante de intoxicaciones y daños severos.
Como alternativa puedes aplicar fomentos fríos en la frente y las extremidades. Reducirán un poco la fiebre y ayudará a tu hijo a sentirse mejor.
Recuerda que siempre que haya fiebre es motivo para acudir a consulta con su pediatra.
