La Guerra de los Seis Días: La Victoria de Israel que lo decidió todo

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La Guerra de los Seis Días fue un conflicto bélico breve pero decisivo que se libró entre Israel y una coalición de países árabes, encabezada por Egipto, Siria y Jordania. Esta guerra, que se desarrolló entre el 5 y el 10 de junio de 1967, transformó radicalmente el mapa de Oriente Medio y consolidó la posición militar de Israel en la región. A pesar de estar rodeado por países hostiles y enfrentar una coalición numéricamente superior, Israel logró una victoria abrumadora en menos de una semana, alterando el equilibrio de poder en Oriente Medio durante las décadas siguientes.

Antecedentes

La tensión entre Israel y sus vecinos árabes había crecido en los años anteriores, en gran parte debido a la creación del Estado de Israel en 1948, que fue rechazada por los países árabes. A lo largo de los años 50 y 60, la inestabilidad en la región se agravó, con enfrentamientos esporádicos en las fronteras y una creciente presión de los países árabes para “liberar Palestina”. El presidente egipcio, Gamal Abdel Nasser, se perfilaba como el líder del mundo árabe, y en 1967 tomó varias medidas que intensificaron las tensiones, incluida la movilización de tropas en el Sinaí y el cierre del estrecho de Tirán a los barcos israelíes, lo que Israel consideraba un acto de guerra.

El 30 de mayo de 1967, Egipto, Siria y Jordania firmaron un pacto de defensa mutua, preparando el terreno para un posible ataque coordinado contra Israel. Ante la amenaza inminente, Israel decidió tomar la iniciativa.

La Guerra

Día 1: Ataque Preventivo Aéreo

El 5 de junio de 1967, Israel lanzó la Operación Foco, un ataque preventivo aéreo que resultó decisivo. La Fuerza Aérea Israelí, bajo el mando de Mordechai Hod, llevó a cabo una operación meticulosamente planificada que en pocas horas destruyó casi por completo las fuerzas aéreas de Egipto, Jordania y Siria. Israel bombardeó más de 450 aviones enemigos mientras aún estaban en tierra, obteniendo el control absoluto del espacio aéreo. Esto le dio a Israel una ventaja estratégica enorme desde el inicio del conflicto.

Frente Egipcio: La Conquista del Sinaí

Con el espacio aéreo asegurado, Israel se concentró en el frente terrestre contra Egipto. En menos de tres días, las fuerzas israelíes, lideradas por el general Ariel Sharon, avanzaron rápidamente por la península del Sinaí, enfrentando poca resistencia organizada tras el colapso de la aviación egipcia. El ejército egipcio, mal organizado y falto de apoyo aéreo, se retiró en desorden, y para el 7 de junio Israel había asegurado el control total del Sinaí, llegando hasta el canal de Suez.

Frente Jordano: La Toma de Jerusalén y Cisjordania

Mientras tanto, el rey Hussein de Jordania decidió unirse al conflicto, a pesar de las advertencias de Israel de mantenerse neutral. En respuesta, las fuerzas israelíes lanzaron una ofensiva en Cisjordania. Tras duros combates, el 7 de junio Israel capturó Jerusalén Este, un evento cargado de simbolismo ya que incluía el control del Muro de los Lamentos, uno de los sitios más sagrados del judaísmo. Para el 10 de junio, Israel había ocupado toda Cisjordania, incluida la ciudad de Hebrón.

Frente Sirio: Las Alturas del Golán

En el frente sirio, las Alturas del Golán habían sido utilizadas como una base de artillería para bombardear a los asentamientos israelíes en Galilea. Tras consolidar los frentes egipcio y jordano, Israel dirigió su atención a Siria. El 9 de junio, las tropas israelíes lanzaron un asalto sobre el Golán, a pesar de su terreno montañoso y fortificado. Para el 10 de junio, Israel había tomado las Alturas del Golán, lo que puso fin a la guerra.

Factores de la Victoria Israelí

La victoria de Israel en la Guerra de los Seis Días se debió a una combinación de factores estratégicos, tácticos y logísticos:

Superioridad Aérea: El éxito de la Operación Foco fue un golpe devastador para los ejércitos árabes, que quedaron sin cobertura aérea desde el primer día. Inteligencia Militar: Israel poseía un excelente sistema de inteligencia, lo que le permitió anticipar los movimientos de sus enemigos y actuar de manera preventiva. Estrategia Militar Coordinada: A pesar de estar rodeado por varios enemigos, Israel logró ejecutar un plan militar cuidadosamente coordinado en múltiples frentes, permitiéndole derrotar a sus oponentes de manera secuencial. Moral y Preparación: Las fuerzas israelíes estaban altamente motivadas y bien entrenadas, mientras que los ejércitos árabes sufrían de una moral baja y problemas de coordinación. Errores en el Comando Árabe: La falta de coordinación y preparación entre los países árabes fue un factor clave. Egipto, Siria y Jordania no lograron organizar una defensa conjunta efectiva.

Consecuencias de la Guerra

La victoria israelí tuvo consecuencias profundas para la región. Israel triplicó su tamaño territorial, ocupando:

El Sinaí (de Egipto), Cisjordania (de Jordania), Jerusalén Este (de Jordania), Las Alturas del Golán (de Siria), La Franja de Gaza (de Egipto).

Esto cambió radicalmente el mapa de Oriente Medio. La ocupación de Cisjordania y Jerusalén Este sigue siendo un tema altamente controversial hasta el día de hoy.

En el plano político, la guerra debilitó a los gobiernos árabes y reforzó la posición de Israel en la región. A nivel internacional, la victoria israelí también provocó una reevaluación de las alianzas en Oriente Medio, con un aumento del apoyo de Estados Unidos a Israel.

La victoria militar permitió a Israel ampliar su pequeño territorio conquistando la Península del Sinaí (que luego devolvió a Egipto tras los Acuerdos de Camp David de 1978), los Altos del Golán (que pretendía devolver a Siria en 1996 y 2000, pero ambos pretenden (caso de que las negociaciones fracasaran en el último minuto y hoy parece que no habrá un tercer intento), la Franja de Gaza (de donde se retiraron unilateralmente en 2005, aunque todavía controlan estrechamente las zonas fronterizas, así como el espacio aéreo y marítimo). ), Cisjordania (retirada parcialmente como parte del proceso de Oslo pero conservando un 60% de control) y Jerusalén Este (anexada según la ley de 1980 y considerada parte integrante del “espacio eterno”). “indivisible”).

La Guerra de los Seis Días fue una victoria decisiva para Israel, que alteró el curso de la historia en Oriente Medio. A pesar de estar rodeado por enemigos numéricamente superiores, la planificación estratégica, la inteligencia y la preparación militar de Israel le permitieron derrotar rápidamente a las fuerzas árabes. Sin embargo, la ocupación de territorios árabes iniciada en esta guerra sigue siendo una fuente de conflicto en la región, manteniendo vigente la lucha por la paz y la estabilidad en Oriente Medio.

Publicado por America CF

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